El Gobierno prepara nuevas regulaciones para aumentar la capacidad de generación eléctrica mientras los embalses continúan deteriorándose.
Colombia se encuentra en una encrucijada con la reactivación de la alerta por calor intenso, que plantea desafíos para la seguridad energética del país de cara al verano de 2025. A medida que las temperaturas extremas continúan, el riesgo de un racionamiento de electricidad se eleva, impulsando al Gobierno a tomar medidas preventivas.
Tras la conclusión del fenómeno de El Niño, que había generado expectativas de recuperación para los embalses, el país enfrenta actualmente el peor déficit de lluvias desde el año 2000. La promesa de restaurar los niveles de agua en los embalses se está viendo comprometida, con un déficit significativo en las precipitaciones durante los meses de julio y agosto. Este déficit ha llevado a una disminución en el volumen de los embalses y a un desembalsamiento inesperado, contrariamente a las previsiones de recuperación.
En respuesta a esta crisis, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) está elaborando una resolución para mejorar la capacidad de generación del sistema eléctrico nacional. La normativa propuesta facilitaría que tanto plantas pequeñas como instalaciones industriales que generan su propia electricidad puedan vender excedentes al sistema central, con el objetivo de optimizar la oferta energética.
La Creg planea firmar esta normativa esta misma semana, pero el proceso enfrenta un desafío significativo. La incertidumbre en torno a la permanencia de Antonio Jiménez, el director ejecutivo de la Creg, podría retrasar la firma de la normativa. El Consejo de Estado ha anulado su nombramiento por no cumplir con los requisitos, aunque Jiménez sigue en el cargo bajo un decreto vigente.
Actualmente, los embalses están operando al 51.2% de su capacidad, habiendo perdido un punto porcentual desde el 11 de septiembre. La situación exige una acción rápida y efectiva para evitar una crisis energética durante el próximo verano.
API