Un nuevo enfrentamiento político sacudió las redes este sábado entre la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, y el presidente Gustavo Petro, tras la decisión del Gobierno Nacional de no cofinanciar el 70 % del proyecto del tren de cercanías. El mandatario argumentó que el departamento habría sido clave en el hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso.
La respuesta de Toro no tardó. En un extenso mensaje publicado en X, la gobernadora calificó la postura del presidente como un acto de “venganza política” contra los vallecaucanos. “Presidente, plantea usted una venganza política ante la postura libre del Congreso. Usted representa la unidad nacional y con sus decisiones la rompe. Gracias por nada, Presidente, qué pequeñez la suya”, escribió la mandataria.
Un nuevo enfrentamiento político sacudió las redes este sábado entre la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, y el presidente Gustavo Petro, tras la decisión del Gobierno Nacional de no cofinanciar el 70 % del proyecto del tren de cercanías. El mandatario argumentó que el departamento habría sido clave en el hundimiento de la ley de financiamiento en el Congreso.
La respuesta de Toro no tardó. En un extenso mensaje publicado en X, la gobernadora calificó la postura del presidente como un acto de “venganza política” contra los vallecaucanos. “Presidente, plantea usted una venganza política ante la postura libre del Congreso. Usted representa la unidad nacional y con sus decisiones la rompe. Gracias por nada, Presidente, qué pequeñez la suya”, escribió la mandataria.
El intercambio entre ambos líderes refleja la creciente tensión entre la Casa de Nariño y las regiones, especialmente en torno a los proyectos de infraestructura y cofinanciación que han sido objeto de recortes o aplazamientos. La confrontación también evidencia el desgaste de la relación entre Petro y los gobiernos departamentales, varios de ellos hoy en manos de figuras independientes o de oposición.
Mientras tanto, el tren de cercanías del Valle del Cauca —considerado clave para la movilidad y el desarrollo del suroccidente colombiano— queda en vilo, en medio de un choque político que combina acusaciones, frustraciones y una evidente ruptura entre el poder central y las regiones.
