La familia del magistrado del CNE se encuentra en el extranjero luego de amenazas que surgieron en el contexto de la investigación sobre la financiación de la campaña de Petro.
El magistrado Álvaro Hernán Prada, miembro del Consejo Nacional Electoral (CNE), ha tenido que tomar una drástica decisión: sacar a su familia del país debido a amenazas y seguimientos. Esta medida afectó a su esposa y a sus cuatro hijos, dos parejas de mellizos, quienes ahora viven fuera de Colombia para garantizar su seguridad.
La familia, residente en Neiva, fue objeto de múltiples amenazas que incluyeron seguimientos y mensajes preocupantes. Esta situación obligó a la esposa de Prada y a los cuatro menores a abandonar el país de manera apresurada. Los niños, que disfrutaban de una vida tranquila en su comunidad, con actividades como el fútbol, tenis y patinaje, enfrentan ahora el desafío de adaptarse a un nuevo entorno en el extranjero, lejos de su vida anterior y de su círculo familiar.
El contexto de esta crisis familiar está relacionado con la investigación que Prada y el magistrado Benjamín Ortiz están llevando a cabo sobre la financiación de la campaña presidencial de Gustavo Petro. La investigación se centra en aportes de sindicatos como Fecode y la USO, así como de la empresa de criptomonedas Daily Cop. Se está evaluando una posible violación de topes de campaña por más de $5.000 millones.
El impacto emocional ha sido profundo para Prada, quien solía pasar los fines de semana con su familia en Neiva. La separación ha sido especialmente dura para los niños, que ahora enfrentan un cambio radical en sus vidas, dejando atrás amigos, familiares y sus actividades habituales.
A pesar de la adversidad, Prada busca transmitir a sus hijos la importancia del sacrificio y la responsabilidad. Les enseña que este sacrificio es por el bien del país y que, si cada uno cumple con su deber, el mundo y Colombia funcionarán mejor.
Prada ha expresado su preocupación por la falta de protección estatal, considerando que debería contar con el respaldo necesario para evitar que su familia tuviera que exiliarse.